María Magdalena suspiraba y gemía en la cueva donde se retiró a hacer penitencia, llorando de noche y de día por verse privada del objeto de su amor. Hoy se le invoca para solucionar problemas de amor y la ausencia del ser amado.
ORACIÓN
Oh! Gloriosa Santa María Magdalena
hermosa mujer, enamorada de Jesús,
espejo de luz y arrepentimiento,
espejo de luz y arrepentimiento,
sufridora de la ausencia del ser amado,
penitente en soledad,
regla y modelo de la vida contemplativa,
que tantos años lloraste a tu amor divino.
regla y modelo de la vida contemplativa,
que tantos años lloraste a tu amor divino.
Ignorada del mundo y atormentada
escondida a sus miradas,
escondida a sus miradas,
poco a poco consumiste tu vida
hasta regresar, a tu muerte,
hasta regresar, a tu muerte,
a los brazos de tu amado.
¿Quién mejor que tu puede entenderme?
¿Quién mejor que tu puede consolarme?
¿Quién mejor que tu puede ayudarme?
Solo tu puedes apiadarte
de quién ama como tu amaste,
de quien sufre como tu sufriste,
de quien llora como tu lloraste,
de quien teme caer en la desesperación
por el alejamiento del ser amado.
Gran Santa que sólo en Jesús
encontrabas tu amor, tu paz y tu consuelo,
Gran Santa que sólo en Jesús
encontrabas tu amor, tu paz y tu consuelo,
yo como tu, me encuentro desolada,
triste, afligida, deprimida.
Te misericordia de mi
y alcánzame la posibilidad
y alcánzame la posibilidad
de recobrar el amor que he perdido,
de recuperar mi existencia pasada
de la que solo me queda ya el recuerdo
de la felicidad que compartí
y que hoy ya no tengo.
Escúchame, te ruego, Santa María Magdalena,
esperanza de mi salvación,
fuente de mi futura alegría,
y procúrame una nueva oportunidad,
un nuevo encuentro,
una posibilidad por muy pequeña que sea
de que logre la reconciliación
que tanto deseo y espero.
Intercede por mi ante tu Esposo, mi Dios,
que el también sabrá comprenderme
y ayudarme a conseguir el regreso
de_______________
el ser amo y que llena mi vida
y con quien deseo pasar el resto de mis días,
para compartir amor y felicidad mutua.
Te suplico que en este momento de dolor
Te suplico que en este momento de dolor
tan inmenso, tan profundo,
mi amor piense en mi, que recapacite,
que sienta mi ausencia como siento yo la suya,
y que regrese a mi________
que yo le espero con los brazos abiertos,
sin odios, sin reproches ni rencores,
únicamente con un corazón enamorado
que late día a día por el.
Amén
Su Festividad se celebra el día 12 de Julio.
Fue Santa María Magdalena hebrea de nacimiento y señora del Castillo de Magdalo, hija de padres ilustres que tenían una gran fortuna. Murieron los padres temprano y dejaron además de a la Magdalena otros dos hijos, llamados Lázaro y Martha.
Quedó Magdalena noble, rica, hermosa y de poca edad y sin padre a quien tener respeto, de ello resultó que comenzó a tener conversaciones con mozos livianos, y creció tanto su mal, que en la Ciudad la tenían por mujer públicamente pecadora, continuando en esta mala vida por espacio de doce años.
Jesús, movido de su infinita misericordia, la alumbró con un rayo de su Divina luz, y habiendo ella conocido el miserable estado de su alma, fue a buscar su remedio, arrojándose a los pies de Cristo en casa del Fariseo, donde comenzó a derramar sinceras lagrimas de puro amor y dolor.
La perdonó el Señor; la recibió en su gracia, y ella le acompañó en su Pasión. Habló con él después de resucitado, le vio subir a los Cielos, y fue perpetua compañera de María Santísima, hasta que la desterraron con sus hermanos de la Ciudad de Jerusalén, los metieron en un navío sin remos, sin velas, sin timón, y sin gente que los gobernase, para que pereciesen en el mar.
Pero el navío llegó milagrosamente a la Ciudad de Marsella, donde después de haber convertido toda aquella Provincia a la Fe de Chisto, se retiró a una cueva y en ella hizo treinta años rigurosa penitencia. Murió el 22 de Julio en siglo I.
Meditación de las lagrimas de la Magdalena.
Las primeras lagrimas que derramó la Magdalena fueron de contrición; el dolor de haber ofendido a Dios, la hizo hacer una publica confesión en casa del Fariseo, donde fue a buscar a Cristo. Y después de haberle visto, aborreció todos los gustos pecaminosos, y cambió de vida.
Dichosas lágrimas de la Magdalena que han borrado todas sus culpas! Ojos míos, cuando llorareis los desaciertos de mi vida pasada? a que esperáis? Es preciso que yo me declare del partido de Dios , y cambie de vida.
Mundo, deleites, honras y vanidades, yo os abandono y desprecio para siempre: dejadme desde hoy llorar mis culpas.
La Magdalena derramó lagrimas de compasión cuando vio a Jesús en manos de los verdugos y le acompañó hasta el Monte Calvarlo, se quedó al pie de la Cruz y mezcló sus lágrimas con la preciosa Sangre del Redentor.
Alma mía, todos los días vemos a Jesús en el Santísimo Sacramento, y hacemos memoria de su Pasión y con todo esto somos tan insensibles, que no derramamos una lágrima. Esto nace de que no tenemos un corazón lleno de amor y ternura como la Magdalena.
El gran deseo qué la Magdalena tenía de ver a Jesús después de su Resurrección, la hizo regar con sus lagrimas el Sepulcro de su Divino Maestro y el ardiente deseo de verle en el Cielo la hacia suspirar y gemir en la cueva, llorando de noche y de día por verse privada del objeto de su amor.
Nosotros vertemos lagrimas por cosas de poco valor y no lloramos por haber perdido a Jesús.
Ruega por todos los que sufren por amor.
ORACIÓN
Que seamos asistidos, te suplicamos Señor,
con ayudas y socorros eficaces
de la Bienaventurada Santa María Magdalena
de cuyas suplicas vencido
sacaste vivo del sepulcro
a su hermano San Lázaro,
que tres días antes había muerto.
Tu, que con Dios Padre у el Espíritu Santo
vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén
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