San Pedro con haber sido un pobre pescador y haber negado a Cristo y San Pablo con haber perseguido a sus discípulos, fueron los fundadores del Imperio de Jesucristo, perdiendo la vida en Roma y labrando con su sangre los fundamentos de la iglesia católica.
ORACIÓN
Santísimos apóstoles Pedro y Pablo,
escogidos del Señor
para difundir la verdad en la Tierra.
Glorioso San Pedro, tu fuiste el preferido,
Pedro el entusiasta por Cristo Jesús
y arrepentido de tu negación.
Glorioso San Pablo,
que aún habiendo sido
perseguidor de los discípulos
mostraste tu arrepentimiento
y lo dejaste todo para seguir al Maestro.
Yo os elijo desde hoy y para siempre
para que seáis mis protectores e intercesores
ante Dios, Nuestro Señor.
San Pedro, príncipe de los Apóstoles,
tu eres la piedra
sobre la cual edificó Jesús su Iglesia;
San Pablo, escogido por el Maestro
para vaso de elección y predicador
de la verdad en todo el mundo.
Interceded hoy por mí,
en este momento de flaqueza
para que pueda superar
los obstáculos y dificultades
que ante mi se presentan:
(Exponer el problema y hacer la petición)
Dadme salud, fuerzas y perseverancia,
para que mi ánimo no decaiga,
y haced que se me presenten
oportunidades favorables
para salir de la angustiosa situación
para la que no encuentro solución.
Os suplico, una fe viva,
que pueda tener una esperanza firme
y constancia en mis propósitos,
para que mediante vuestra intercesión
y vuestros méritos gloriosos,
pueda obtener ante Dios
el favor que os pido,
y así agradeceros y alabaros
con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
que vive y reina por los siglos de los siglos,
Amén.
Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Rezar Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Su festividad es el 29 de Junio.
San Pedro, Príncipe de los Apóstoles fue Galileo, natural de Betsaida, y hermano de San Andrés: tuvo por esposa a una mujer llamada Perpetua, de cuyo matrimonio tuvo a Santa Petronila, y vivía del arte de pelear.
San Andrés fue el que llevó a su hermano San Pedro a Cristo. El Señor cuando vio a Pedro le dijo como se llamaría a partir de entonces y que había de ser piedra fundamental de su Iglesia.
Pasado algún tiempo y andando el Señor por las riberas del mar le vio con su hermano San Andrés, que estaba pescando, y los llamó, y les dijo:
"Venid en pos de mi para ser pescadores, no de peces, sino de hombres"
Y ellos obedeciendo a la voz del Señor, lo dejaron todo, y siguieron a Cristo.
San Pablo fue Hebreo, de la Tribu de Benjamín , y nació en Tarso, de padres honrados y ricos, y se crió bajo la disciplina de Gamaliel, famoso letrado.
San Pedro con haber sido un pobre pescador y haber negado a Cristo y San Pablo con haber perseguido a sus discípulos, fueron los fundadores del Imperio de Jesucristo, perdiendo la vida en Roma y labrando con su sangre los fundamentos de la iglesia católica.
Estuvieron presos nueve meses en una tenebrosa cárcel, por orden de Nerón, y después de este tiempo los mandó azotar cruelmente y sacar de la cárcel. Habiéndose abrazado y despedido el uno del otro, con gran amor y ternura, los apartaron y llevaron al suplicio: San Pedro murió clavado en la Cruz, cabeza abajo, y San Pablo degollado.
Fue el martirio de estos gloriosos Príncipes de los Apóstoles, el 29 de Junio del año de 69.
Meditación de la vida de San Pedro y San Pablo.
San Pedro, aún habiendo visto los innumerables milagros que obraba Cristo le negó por tres veces en su Santísima Pasión. Debemos humillarnos y trabajar por nuestra salvación, con temor y temblor y sin desesperar pues no necesitamos mas de una mirada de Cristo para que nos aparte de la culpa. Lloremos pues, a ejemplo de San Pedro, que durante todo el resto de su vida hizo de sus ojos dos torrentes de lágrimas que derramaba tan solo con el recuerdo de su acto.
San Pablo fue perseguidor de Cristo, y llegó s ser apóstol después de su conversión. ¿Qué somos nosotros y qué hemos sido? Si estamos convertidos como él, perseveremos firmes en la virtud y sacrifiquemos nuestra vida antes que perder la gracia. Imitemos su paciencia en el padecer, su celo por la salud de las almas y su humildad y amor para con Cristo nuestro Señor. Oigamos lo que nos dice: "Os ruego, que seáis imitadores míos como yo lo soy de Jesucristo.
Considera la honra que hoy reciben ellos santos en la tierra, pues los reyes, emperadores, y papas, se tienen por dichosos de postrarse delante las sagradas cenizas de un pescador y de un oficial, porque la virtud y la santidad los han hecho poderosos en el Cielo.
Fue el martirio de estos gloriosos Príncipes de los Apóstoles, el 29 de Junio del año de 69.
Meditación de la vida de San Pedro y San Pablo.
San Pedro, aún habiendo visto los innumerables milagros que obraba Cristo le negó por tres veces en su Santísima Pasión. Debemos humillarnos y trabajar por nuestra salvación, con temor y temblor y sin desesperar pues no necesitamos mas de una mirada de Cristo para que nos aparte de la culpa. Lloremos pues, a ejemplo de San Pedro, que durante todo el resto de su vida hizo de sus ojos dos torrentes de lágrimas que derramaba tan solo con el recuerdo de su acto.
San Pablo fue perseguidor de Cristo, y llegó s ser apóstol después de su conversión. ¿Qué somos nosotros y qué hemos sido? Si estamos convertidos como él, perseveremos firmes en la virtud y sacrifiquemos nuestra vida antes que perder la gracia. Imitemos su paciencia en el padecer, su celo por la salud de las almas y su humildad y amor para con Cristo nuestro Señor. Oigamos lo que nos dice: "Os ruego, que seáis imitadores míos como yo lo soy de Jesucristo.
Considera la honra que hoy reciben ellos santos en la tierra, pues los reyes, emperadores, y papas, se tienen por dichosos de postrarse delante las sagradas cenizas de un pescador y de un oficial, porque la virtud y la santidad los han hecho poderosos en el Cielo.
Ambicioso ¿qué honra te puede dar el mundo que sea igual a esta? Regocijémonos de que Dios haya honrado tanto a sus siervos en la tierra, y consideremos cuan honrados estarán ahora en el Cielo.
ORACIÓN .
Dios, Padre y Señor nuestro
Dios, Padre y Señor nuestro
que dedicaste el día de hoy
al martirio de los Bienaventurados
San Pedro y San Pablo, tus Apóstoles:
Concédeme seguir en todas las cosas
el precepto de ellos mismos,
y tenerlos como protectores e intercesores
para mejor presentar ante ti
la súplica que hoy te hago,
pues llegando de sus manos
y atendiendo a los méritos
que hicieron en vida,
será grata a tus ojos.
Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo,
que vive y reina contigo
por los siglos de los siglos.
Amén
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