Santísima Madre inmaculada de la Luz
y las milagrosas Once Mil Vírgenes.
¡Oh María, sin pecado concebida!
Virgen incomparable, augusta Madre de Jesús,
que en la montaña del Calvario
y las milagrosas Once Mil Vírgenes.
¡Oh María, sin pecado concebida!
Virgen incomparable, augusta Madre de Jesús,
que en la montaña del Calvario
me adoptasteis por hijo
y que tantas pruebas me habéis dado
de vuestra ternura verdaderamente maternal:
dignaos aceptar benigna mi plegaria,
y que tantas pruebas me habéis dado
de vuestra ternura verdaderamente maternal:
dignaos aceptar benigna mi plegaria,
débil homenaje de agradecimiento y de amor.
De agradecimiento por los muchos beneficios
que me habéis dispensado siendo
el mas indigno de vuestros devotos,
y de amor pues que no obstante mi indignidad,
deseo corresponder con el amor posible
que me habéis dispensado siendo
el mas indigno de vuestros devotos,
y de amor pues que no obstante mi indignidad,
deseo corresponder con el amor posible
a vuestro tan grande amor.
¡Oh María, sin pecado concebida!
rogad por nos, que acudimos a Vos.
¡Oh María, sin pecado concebida!
rogad por nosotros, que en vuestro
corazón amoroso buscamos acogida.
Yo, postrado delante del trono de vuestra clemencia,
y confuso por mis muchos y gravísimos pecados,
con sumo dolor mi corazón, todos los detesto,
porqué con ellos ofendí a tu Santísimo Hijo,
Dios y Señor mío amabilísimo
a quien amo sobre todas las cosas,
y estoy resuelto a morir antes de volverle a ofender.
Tú, Señora mía, dígnate admitirme,
como el más ínfimo de tus esclavos,
y de tus hijos, debajo del manto de tu patrocinio,
y en el seno dulcísimo de tu maternal amor,
porque yo, Señora mía y Madre benignísima,
todo me doy, entrego y dedico a ti,
por esclavo e hijo tuyo, ahora y siempre,
y por toda la eternidad, y te doy humildes gracias
por los beneficios que he recibido
y por males y peligros de que he sido librado
por favor de tu misericordia
y de las Once Mil Vírgenes que te acompañan.
En vuestra Concepción ¡oh María!
En vuestra Concepción ¡oh María!
inmaculada fuisteis:
rogad por nosotros al Padre,
cuyo Hijo paristeis.
Bendita sea la santa e Inmaculada Concepción
Bendita sea la santa e Inmaculada Concepción
de la bienaventurada Virgen María.
Concédeme tu protección, Santa Madre,
junto con tus Once Mil Vírgenes,
para que no quede yo en el abandono
frente a mis enemigos.
Haz que quede libre de malas lenguas,
malos ojos y malos pensamientos,
de quienes me acechen o busquen dañarme,
de quienes me difamen injustamente,
de quienes me envidian y entorpecen mi camino.
La santa e inmaculada Concepción
de la bienaventurada Virgen María
sea nuestra protección en muerte y en vida.
¡Qué hermosa sois, dulce María,
Madre amantisíma de Jesús y mía!
Haz, Señora mía, te ruego
Haz, Señora mía, te ruego
por el amor que tienes a tu Dulcísimo Hijo,
que todos mis pensamientos, palabras y obras,
todas mis adversidades y trabajos,
y toda mi vida y muerte,
sean siempre dirigidas por los méritos e intercesión
según el beneplácito de Dios, y su mayor Gloria,
y a tu honor y obsequio, y bien de mi alma.
Amén.
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