el Señor te ha llenado de bendiciones
y te ha hecho santo e inmaculado delante de Él.
Te llamó para seguir a Cristo
y que te enriquecieras
con los dones de su Espíritu,
demostrando su preferencia por ti,
y en su benevolencia te otorgó
el don de conocer y comprender
las necesidades y ansiedades de tu prójimo
para que con tu ardiente amor
practicaras con ellos la verdadera caridad.
Tú que respondiste prontamente al llamado de Dios
y que siempre buscaste su rostro,
obtuviste del Padre la luz para nosotros,
la sed ardiente por su palabra
y lograste con tu humildad
entrar en comunión con él.
nunca olvidaste a tus hermanos,
se hoy mi intercesor ante Dios
para que yo consiga un corazón puro,
manso, humilde, pacífico,
lleno de amor generoso y desinteresado
hacia mi prójimo, para ser merecedor
de la gracia que hoy te pido:
una atención para mejorar en mis necesidades.
Tu que supiste llevar una vida austera,
y conoces bien los sufrimientos que eso supone,
no permitas que los míos sufran carencias,
ya que por causas de la vida
ahora yo soy capaz de cubrir nuestras necesidades,
y eso provoca aflicción, angustia y malestar
en el seno de mi familia.
Santo protector, aleja de mi los obstáculos,
problemas y enemigos, que me impiden
salir adelante en esta mala racha,
y así como pudiste alejar a las personas
no deseadas en tu camino,
aleja todo impedimento que me impide prosperar,
abriéndome las sendas del trabajo bien remunerado,
del reconocimiento, de la fortuna y del progreso.
Aleja de mi hogar todo enemigo,
todo odio, maldad, y desidia,
así como la enfermedad y las fatigas,
para de este modo sentirnos fortificados,
con buen ánimo y disposición
para enfrentarnos a las luchas cotidianas.
Devuélvenos las esperanzas en esta tierra
que también fue la tuya,
protégenos siempre y concédenos la posibilidad
de obtener una vida plena y feliz.
Que como las corrientes de agua fluyen,
así en mi hogar fluya el amor, la fidelidad,
la armonía, la alegría y el bienestar,
que se alejen las malas rachas
y por fin podamos disfrutar
de los buenos y felices momentos
que ya hace tanto tiempo que no disfrutamos.
Que en tu nombre, desaparezcan los problemas,
las tentaciones, confusiones o cizañas
y volvamos a encontrar la paz.
Acepta, glorioso San Benito, mi oración
junto con mis alabanzas y devoción,
porque en ti siempre confío
y espero tu amor fraterno.
Amén.
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