Glorioso San Vicente Ferrer,
humilde predicador Dominico
a quien llamaban el gran cazador de almas
por tu inmensa labor al evangelizar Europa.
Tus predicaciones sobre el juicio final
en las que anunciabas su inminente llegada
y del cual te presentabas
como el santo ángel del Apocalipsis
lograron convertir a la fe cristiana
a infinidad de almas
que gracias a tu labor, ganaron el cielo.
En el año 1410 conseguiste la fundación
del primer orfanato del mundo,
registrado en la historia europea,
y que todavía sigue en pie y funcionando.
¡Cuantos niños han sido acogidos
y mejorado sus pobres condiciones de vida
gracias a ti, amado santo!
Tu acción directa con los pobres y necesitados
te ha merecido la bien ganada gloria
de la que ahora disfrutas en el Cielo:
¡nunca hubo palabras para agradecerte
tus maravillosas acciones con los más necesitados!
Tu palabra era fuego
que conmovía el corazón de las multitudes,
que, haciendo pública penitencia,
abandonan sus situaciones de pecado.
"Amar al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,
con toda tu alma, con todas tus fuerzas",
era la ley que te movía, y que transmitías
con toda tu elocuencia y bondad.
"Sed constantes, seguid el camino hasta el fin,
seguid el camino de la cruz,
soportad con paciencia,
porque el premio estará en el Cielo"
decías en valenciano, y todos
te entendían perfectamente en tu lengua nativa,
por lo que se consideró
que poseías el "Don de lenguas":
Dios te daba un gran don para que todos
pudieran escucharte, eras comprendido
por castellanos, franceses, vascos,
italianos del Piamonte y Lombardía...
Hoy necesito de tu elocuencia
y de tu amor para con los niños y jóvenes.
Necesito que me facilites el camino
para que mi hijo me escuche
y devolverlo a la buena senda.
Mi hijo (decir el nombre)
tiene problemas de personalidad,
se junta con malas compañías
que lo arrastran a la rebeldía,
a los vicios, a la mala vida,
y eso para una madre (o padre),
ver como día a día se desvía del buen camino,
es un infierno en vida.
¡Ayúdame querido santo mío!
Tu que tanto bien lograste
con los niños abandonados,
no permitas que el mío
caiga en la depresión, en el abatimiento,
en la desdicha, y lo que es peor,
que pueda dañar con sus actos a nadie.
Dame tu consejo, inspira mis palabras,
dame tolerancia y paciencia,
y consigue que su carácter se modifique,
que vuelva a la senda del bien y del respeto,
que consiga un porvenir feliz,
que forje su futuro en la honestidad,
y que el día de mañana,
llegue a ser un hombre de bien.
Seguro que con tu ayuda puedo conseguirlo,
y tendrás el agradecimiento perpetuo
de una madre que sufre por su hijo.
Amén.
que conmovía el corazón de las multitudes,
que, haciendo pública penitencia,
abandonan sus situaciones de pecado.
"Amar al Señor, tu Dios, con todo tu corazón,
con toda tu alma, con todas tus fuerzas",
era la ley que te movía, y que transmitías
con toda tu elocuencia y bondad.
"Sed constantes, seguid el camino hasta el fin,
seguid el camino de la cruz,
soportad con paciencia,
porque el premio estará en el Cielo"
decías en valenciano, y todos
te entendían perfectamente en tu lengua nativa,
por lo que se consideró
que poseías el "Don de lenguas":
Dios te daba un gran don para que todos
pudieran escucharte, eras comprendido
por castellanos, franceses, vascos,
italianos del Piamonte y Lombardía...
Hoy necesito de tu elocuencia
y de tu amor para con los niños y jóvenes.
Necesito que me facilites el camino
para que mi hijo me escuche
y devolverlo a la buena senda.
Mi hijo (decir el nombre)
tiene problemas de personalidad,
se junta con malas compañías
que lo arrastran a la rebeldía,
a los vicios, a la mala vida,
y eso para una madre (o padre),
ver como día a día se desvía del buen camino,
es un infierno en vida.
¡Ayúdame querido santo mío!
Tu que tanto bien lograste
con los niños abandonados,
no permitas que el mío
caiga en la depresión, en el abatimiento,
en la desdicha, y lo que es peor,
que pueda dañar con sus actos a nadie.
Dame tu consejo, inspira mis palabras,
dame tolerancia y paciencia,
y consigue que su carácter se modifique,
que vuelva a la senda del bien y del respeto,
que consiga un porvenir feliz,
que forje su futuro en la honestidad,
y que el día de mañana,
llegue a ser un hombre de bien.
Seguro que con tu ayuda puedo conseguirlo,
y tendrás el agradecimiento perpetuo
de una madre que sufre por su hijo.
Amén.
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